lunes, 13 de agosto de 2018

El peso de ser Nicole Kidman

"I'm a Barbie girl, in a Barbie world..."


Barbie girl, de Aqua, del disco Aquarium


Últimamente he andado muy hogareña...

Me encierro en mi casa y veo películas todo el día. En parte es por mi sobrina vive actualmente en mi casa (y aprovecho todo el tiempo que puedo para pasar con ella), y por otra parte porque me he encerrado en un mundo cinematográfico antaño de manera casi obsesiva.

Repaso mi enorme colección de películas y escojo una (o incluso varias, depende del día) para recostarme a disfrutar de diversas historias que ya he vivido antes: algo viejo, algo nuevo, algo prestado... sólo me faltó tener algo azul para que esto encajara de manera divertida con aquel viejo adagio que se les dice a las novias el día de su boda.

Ayer tocó el turno a un DVD que tenía varios años conmigo pero nunca lo había visto: Dogville, cinta de 2002 de Lars Von Trier protagonizada por una actriz que siempre me ha parecido particular tanto al deleite de la pupila como en lo que a su carrera se refiere: Nicole Kidman.

Ya había escrito de ella antes, pero sólo era un pequeño texto sobre lo que yo imagino que debía pensar en aquel momento de su carrera. En esta ocasión es algo mucho más extenso y reflexivo, ya que ayer me quedé pensando sobre su diversa y larga carrera que le ha significado desde muchos millones de dólares hasta un Óscar a la mejor actriz en 2002.

El trabajo más viejo que he visto de ella es la miniserie Bangkok Hilton, la cual data de 1989. La vi hace más o menos 15 años, más éste no es el primer trabajo de Kidman que vi. Si mal no recuerdo, la primera película que vi de ella fue Batman Eternamente (Batman Forever, 1995), y a pesar de que tenía 10 años, me impactó su belleza y fuerte presencia escénica (lenchita desde chiquita).

La volví a notar 6 años después, cuando hizo una de las películas que definitivamente marcaron su carrera y mi vida: Moulin Rouge! (2001), y fue cuando caí rendida a sus pies por la magnificencia de su belleza. Ese mismo año, hizo otra película que, junto con Moulin Rouge!, la enmarcaron como la actriz más importante en 2001: Los otros, magnifica cinta de suspenso dirigida por el gran Alejandro Amenábar.

Un año después, le vino un Óscar a la Mejor actriz por la película de Stephen Daldry Las horas (The hours, 2002), en la cual interpretaba a la escritora Virginia Woolf. Mientras que en 2003, se puso bajo las órdenes de Lars Von Trier en la ya mencionada Dogville.

¿Qué vino después en la carrera de Kidman? Aquí empieza la reflexión interesante de este texto. Y la respuesta es NADA, cayó en un limbo de películas intrascendentes y papeles poco interesantes. La presencia de Kidman en cine decayó considerablemente, y hasta la fecha no ha realizado un papel digno en alguna cinta notoria. Su carrera quedó solamente como un buen recuerdo como la canción con la que empiezo este post.

Sí, hizo Margot at the wedding (2007), Rabbit hole (2010), Stoker (2013), Lion (2016), El sacrificio del ciervo sagrado (The killing o a sacred deer, 2017) y la serie Big little lies, que sin duda alguna son buenas películas (algunas MUY BUENAS), pero ninguna le regresó los años de fama y gloria que tuviera a principios del milenio.

Su carrera está llena de grandes participaciones con directores de renombre mundial que incluyen nada más ni nada menos que a Gus Van Sant, Baz Luhrmann, Chan-woo Park, Yorgos Lanthimos o el mismísimo Stanley Kubrick, y nos ha dado maravillosas interpretaciones en papeles que conmueven y estremecen y que son dignas de premio, pero en los últimos 15 años no ha entregado nada sobresaliente.

¿Se estancó su carrera? ¿Tiene otras prioridades por ahora? No lo sé, lo que sí sé es que es una GRAN ACTRIZ que en los últimos años no ha recibido grandes oportunidades para brillar.

Supongo que ella piensa que ha trabajado con algunos de los directores más importantes tanto del cine contemporáneo como antaño, y por lo tanto ya no le queda nada más por hacer, ¿o sí?

Nicole Kidman es de esas actrices de las que siempre se espera mucho en pantalla. ¿Cuándo la volveremos a ver en un papel que nos haga estremecernos? Sólo el tiempo lo dirá...