jueves, 30 de mayo de 2019

Cómo renovar un clásico y (no) fallar en el intento

"Eso te pasó por no saber que todo tiene su precio, atrevido..."


Atrevido, de Orishas, del disco A lo Cubano


Todos conocemos la historia de Macbeth...

Y si no, se puede resumir (de manera MUY GENERAL) de la siguiente forma: un general que se obsesiona con el poder debido a una profecía de 3 brujas que le anuncian no sólo que será Thane de Cawdor después de ganar una importante batalla, sino que se convertirá también en rey de Escocia.

¿Qué se atrevió a hacer Macbeth después de dicha profecía? Nada más ni nada menos que matar al rey Duncan y desterrar a su hijo para tomar a la fuerza el trono, lo cual no hubiera sido posible sin el apoyo incondicional de su bien amada esposa, la conspiradora y avara Lady Macbeth.

Hace algunos días vi la última adaptación cinematográfica (al menos de la que yo tengo conocimiento) que se ha hecho de esta clásica historia de Shakespeare: Macbeth (Macbeth, 2015), del realizador australiano Justin Kurzel, y la verdad es que el resultado es francamente decepcionante en la gran mayoría de las cuestiones cinematográficas.

¿Ha qué me refiero con esto? Al hecho de que hablar de Macbeth es hablar de la gran Tragedia Escocesa, de uno de los textos más importantes de la humanidad, y se le debe abordar con el debido respeto que se merece, y no lo logra desgraciadamente. Y lo enumero en los siguientes puntos:

1. Creo que el primer gran error de esta versión de Macbeth es, sin lugar a dudas, la adaptación. No sólo es encriptada (la parte del conjuramiento de los espíritus que anuncian la caída del protagonista es francamente inentendible incluso para los conocedores del texto), y aunque respeta bastante de los diálogos originales, se siente como un Macbeth completamente nuevo (y no en un buen sentido).

2. Michael Fassbender es un buen actor. Ya sea que lo veas en X-Men o en trabajos más autorales (si se le puede llamar así), y tal vez no sea Laurence Olivier, pero su trabajo es cumplidor y eso se agradece siempre. Y en esta ocasión, precisamente su trabajo es eso: normal... y Macbeth no se puede permitir ser normal. Eso sí, Fassbender es un perfecto Dios hermoso, y estoy segura que lo será hasta el final de sus días.

3. Definitivamente la más triste de todas: Marion Cotillard. ¿Alguien puede negar que Lady Macbeth es uno de los personajes femeninos más icónicos de la historia del teatro mundial? ¡Nadie se atrevería! Lady Macbeth es, en pocas palabras, UNA PERRA. No hay mejor manera de describirla. Ella es la encargada y culpable de la avaricia de Macbeth, o por decirlo de una forma más coloquial, de lavarle el cerebro por su sed de poder. No estoy muy segura de los dotes histriónicos de Cotillard, ya que no he visto suficientes películas de ella para atreverme a hablar de ellos, pero lo único que sí sé es que su Lady Macbeth es completamente plana y no muestra ese fuego que la convirtió en un personaje icónico. ¿Es cosa de ella? ¿Problema de dirección? ¿La adaptación no le facilitó la tarea? Yo creo que es un perfecto conjunto de las 3.

Pero no todo está perdido, ya que Macbeth tiene algo muy bueno a su favor:

¡VISUALMENTE ES HERMOSA! La reinterpretación de las batallas, así como las distintas tonalidades, fotografía y estilo de edición son muy buenos, ya que le dan un aire de novela gráfica que le queda muy bien.

Los clásicos vistos desde otro ángulo siempre son bien recibidos... ¡pero ante todo deben estar BIEN HECHOS! He aquí un par de opciones que les propongo si quieren ver algo de este estilo:

- Romeo y Julieta, de Baz Luhrmann. ¡No tiene pierde! Además de ser (curiosamente) la adaptación que más respeta los diálogos del texto clásico de Shakespeare.
- Trono de Sangre, de Akira Kurosawa. El que es probablemente el cineasta oriental más importante de la historia hizo su propia adaptación de Macbeth en una versión samurái que nadie se debe perder.

En fin... ¡así es esto! A veces te topas con muy buenas pelis, a veces no. Lo único que agradezco es no haberme desvelado hace un par de meses que la estaban pasando en la tele a las 2 de la mañana.