domingo, 21 de noviembre de 2010

La egolatría de pensar que a alguien le interesa lo que escribes...

¿Qué les puedo decir a todas las personas que (posiblemente) lean esto que estoy escribiendo? No soy nadie especial en esta vida: tengo un trabajo promedio, una familia conformada por mis papás y mi hermano, varios amigos que me quieren, un coche (el famosísimo Baby's)... en fin, básicamente soy una persona promedio dentro de los pinche mil millones que existen en esta bonita ciudad.

Entonces, supongo que en este momento te estarás preguntando "¿qué chingados me importa a mí tú vida, o lo que puedas pensar del mundo?" Y en definitiva sería una pregunta válida, y te voy a contestar con la sinceridad que siempre me ha caracterizado: NADA, no puedo asegurarte que lo que voy a decir te interesa o incluso te gustará, pero me he dado cuenta de algo desde hace algunos años... que escribir me tranquiliza, me hace reflexionar, me hace pensar en mí misma... que (como dice la cita textual que hago en la descripción de mi blog) me exorcisa, y me exorcisa de una manera sorprendete e indescriptible. Hasta hace poco escribía (y lo digo en tiempo pasado porque todavía no sé si me hayan corrido o no) la columna de cine en El Sol de México. Básicamente dejé de escribir porque no me gusta hacerlo por encargo... me gusta escribir a mi propio ritmo y de lo que yo quiera. No me malinterpreten con esto, amo el cine (es posiblemente la cosa más importante en mi vida), pero me estanqué en una racha horrible de depresión y necesidad de escaparme de mi vida cotidiana. Me sentía asfixiada y completamente seca para escribir, así que lo dejé por la mala, y cuando digo la mala me refiero a que ni siquiera me tomé la molestia de hablar con mi editor y decirle lo que estaba pasando... así que si alguna ves lees esto Java, te ruego de todo corazón que me perdones.

¿Qué fue lo que me orilló a iniciar un blog? Lo diré tal y como es, al menos en este momento de mi vida: una mujer. Así es, nada más y nada menos que la mismísima perdición de los hombres: las mujeres. Obviamente no mencionaré su nombre, pero si eres parte de mi círculo de amigos seguramente sabrás a quién me refiero. En fin, pues básicamente esta mujer me hizo caca (¿a propósito? ¿sin quererlo? creo que nunca lo sabré) y supongo que eso es ahora de lo que quiero exorcizarme... de todo el mal que me ha causado y todo lo que inevitablemente siento. Así que esta es mi manera de decirle ádios a esa mujer...

Obviamente no sólo hablaré de ella, sino de muchas otras cosas (incluso seguiré escribiendo aquí mismo de cine, sólo por el placer de hablar de las películas que he visto) y algunas otras cosas que me pasen por la cabeza, en fin, me expresaré de lo que se me antoje mi chingada gana (¡bendita globalización que nos trajo el internet!)... si quieren escribir pendejadas como yo, pues abran su propio blog, o escriban comentarios en el mío.

Creo que esto será todo por esta noche... y así inicio una aventura que no tiene otro propósito más que ayudar a esta pobre enferma a hablar sobre todo y nada, pero sobre todo, para poder realizar de manera completa ese exorcismo que tanto necesito en este momento. Gracias Hugo por tan sabias palabras, que estoy segura me resonarán durante muchos años.

Ojalá esta sea una larga y estrecha relación de complicidad entre tú y yo, estimado lector inexistente...

Saludos

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