miércoles, 2 de febrero de 2011

Algo me movió ayer...

"Hay algo en el mundo que me lleva directo a donde explotan las estrellas..."

Hay Algo en el Mundo, de Fito Páez, del disco Rey Sol.


Ya me gustó eso de empezar mis entradas con citas de canciones queridos fans!!! Y en la medida que pueda lo seguiré haciendo, y así dejaré por sentado que hay música para cada ocasión.

Hoy escribí de nuevo sobre Fito. El maestro Páez plantea lo que siente por una mujer en esta canción (obviamente elevado todo a niveles estratosféricos y románticos). Pues obviamente yo no les voy a hablar de una mujer, ya que hay algo que me hace volar más que un miembro femenino de nuestra especie... una película.

No estoy hablando de una cinta cualquiera... hay películas que si ves o no ves te da exactamente lo mismo; hay películas buenas; hay películas muy buenas; hay películas buenísimas; y existen una especie de cintas que de alguna manera misteriosa cambian tu vida, la mueven, la transforman y te estrujan hasta el más profundo de los rincones de tu alma... esas son las películas que cambian la vida de las personas, y que hacen darte cuenta que están paradas frente a una obra de arte.

Ayer tuve la fortuna de ver una película de ese tipo... y tenía años que no veía una muestra artística de tal magnitud. De hecho, sólo recuerdo haberme sentido igual después de haber salido de ver Duda, la versión teatral de John Patrick Shanley que se montó en México hace algunos años en el Teatro Virginia Fábregas. Recuerdo perfectamente que al salir de la sala de teatro me subí inmediatamente al coche, y 5 minutos después de que habíamos arrancado me puse a llorar. No eran lágrimas de tristeza, ni de coraje, ni nada por el estilo... eran lágrimas de emoción. Por más extraño que parezca, me movió tantas cosas, en demasía y todas juntas que no supe lo que tenía en la cabeza... estaba como la pendeja viendo hacia el vacío tratando de procesar lo que estaba pasando por mi mente.

Bueno, no le demos tantas vueltas al asunto... la película a la cual me refiero es El Cisne Negro (Black Swan, 2010), y en serio, es una joya de la cinematografía no sólo actual, sino de todos los tiempos. Es una cinta de verdad indescriptible en el mejor de los sentidos, que te hace pasar por momentos muy dramáticos, de gran tensión, angustiantes, sensibles... todos filmados con una extrema delicadeza que nos transporta literalmente al mundo de los salones de ensayos y los escenarios dancísticos (tanto en su parte glamourosa como en la que se sufre por alcanzar la perfección).

Definitivamente el señor Aronofsky nos demuestra una vez más por qué es uno de los directores más importantes del cine actual, y que a pesar de contar con magistrales películas en su filmografía (Pi, Réquiem por Un Sueño o El Luchador) definitivamente encuentra en El Cisne Negro su gran obra maestra. La manufactura en esta cinta se aprecia perfecta, y no hay ningún otro adjetivo para describirla.

Pero lo mejor de la cinta es sin duda alguna, Natalie Portman... este portento de actriz ha encontrado en Nina Sayers el que seguramente será el papel de su vida. Marca una increíble diferencia entre la dulzura y ternura del cisne blanco y la arrogancia y oscuridad características del cisnero negro, y transita de uno al otro poco a poco gracias a las situaciones que se van planteando en la película.

En general, los Óscares son premios sumamente políticos, pero en esta ocasión, sí es de esas actuaciones que merecen en realidad un reconocimiento de esa magnitud. Una de las mejores actuaciones femeninas que he visto en mucho, mucho tiempo, y me da gusto que sea de una gran actriz, sencilla, carismática, pero sobre todo, llena de un enorme talento... larga vida a Natalie Portman!!!

Cuando estaba a punto de finalizar la película, no pude resistir más, así que me solté a llorar. No sólo mi mujer estaba sorprendida por haberme visto así, sino que también el chavo que estaba sentado al lado de mí me veía con cara de "qué pedo???" Y cuando acabó, la madre de mis hijos me preguntó "pero por qué lloras... si triste triste no está" Entonces fue cuando le expliqué aquel sentimiento de vacío en la cabeza... cuando sientes que te golpeó un tren y estás tratando de reaccionar. Creo que no lo entendió del todo, pero no esperaba que lo hiciera, porque a final de cuentas ayer me ocurrió algo sumamente personal, que tampoco espero que ustedes entiendan, queridos lectores. No creo que lo entiendan, pero espero de todo corazón que lo sientan...

A mí me sucedió ayer con una película, con Darren Aronofsky, con Natalie Portman... a ustedes, con qué les sucede?

PD. Tasha, ayer me pasé uno de los mejores días de Tashamistad contigo... nunca lo voy a olvidar, te quiero mucho amigo, y esto que escribí hoy te lo dedico a ti.

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